jueves, 23 de julio de 2009

Docencia

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITECNICA

DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL

DECANATO DE EXTENSION


GUÍA DE ESTUDIO

Adaptación: Pfra. Oralys Mora

Curso: Diplomado en Componente Docente

Asignatura: Desarrollo Humano

Contenido: Docencia

"La erudición que consiste en la memorización de hechos no califica a nadie para ser maestro." Confusio

La Docencia ¿Trabajo, profesión o vocación?

Si se establece una profesionalización es excluyente

Esto presenta varias facetas, entre otras:

¿Sólo pueden ejercer la actividad docente estos profesionales?

¿Se busca elegir a las personas aptas o idóneas, en sentido general, para la realización de la actividad?

A menudo se apela a la vocación y a las expresiones “la sagrada tarea” “el apostalado”para simbolizar que los docentes debemos enseñar por encima de las condiciones laborales, que se reconocen magras.

Trabajo, sacrificio y salario; “el sudor de la frente”, reglamento, horario, jefe, etc.

Es necesario ver que trabajo, profesión y vocación, sólo cuando se complementan se ennoblecen.

Reflexiones

Cuánto más feliz resultaría esta loable tarea, si pudiésemos desligarnos de las urgencias económicas y presentarnos como maestros sabios y tranquilos, preparados como debiéramos para dar a quienes nos siguen las herramientas y conocimientos para mejorar la vida en nuestro planeta.

Aprender a ser hombre. Aprender a aprender. Enseñar la hermosura de la naturaleza. Enseñar a ser capaz de todas las empresas. Liquidar el miedo al trabajo manual (principales objetivos de Simón Narciso Carreño Rodríguez)


“La generalización de la enseñanza requiere gran número de maestros competentemente instruidos… Los buenos maestros, los buenos libros, los buenos métodos, la buena dirección de la enseñanza, son necesariamente la obra de una cultura intelectual muy adelantada.” (Andrés Bello)


Es verdaderamente tentador, cuando se sabe mucho, el alarde de los propios conocimientos para sentir la admiración y el aplauso, pero es ésta una de las tantas restricciones a que está obligado el que ejerce con honradez este apostolado” (Alberto Smith)

Paulo Freire destaca “…la necesidad de educar a las personas oprimidas para el cambio social. En la pedagogía de la indignación, manifiesta indignación ante las injusticias sociales a las que se ven sometidos los grupos oprimidos. Esto requiere que los educadores desarrollen una formación que les ayude a reflexionar, analizar, criticar y valorar para conseguir los cambios propuestos”

Una verdadera revolución educativa.


Docencia / Docente / Enseñar

Docencia: Práctica y ejercicio del docente.

Docente: Que enseña.

Enseñar:

  • Instruir, adoctrinar con reglas o preceptos.
  • Dar advertencia, ejemplo o escarmiento que sirva de experiencia y guía para obrar en lo sucesivo.
  • Indicar, dar señas de algo.
  • Mostrar o exponer algo, para que sea visto y apreciado.
  • Dejar aparecer, dejar ver algo involuntariamente.
  • Acostumbrarse, habituarse a algo.

La necesidad de conocer el porqué de la labor docente

En múltiples oportunidades, hemos observado que la crisis por la que atraviesa el ser humano en nuestros días estriba en la circunstancia de que ha hecho caso omiso del porqué, deteniéndose tan sólo en el qué o el cómo de su finalidad exterior.


La docencia, cuando olvida el porqué de su fundamental razón de ser, se limita a las cuestiones técnicas, tornándose en fin, y abandona su intrínsico valor de medio o instrumento para la reconducciòn del ser humano

La diferencia entre un maestro de los viejos tiempos y un docente de la actualidad radica en que, mientras aquel ponía en juego toda su vocación dando todo sí, con el convencimiento de un padre de familia que ejerce su cometido más por obra de la intuición que un cómo sistematizado, el docente de hoy cuenta con una técnica, es premunido en el centro pedagógico o universitario del conocimiento indispensable para que ejerza su cometido a partir de un plan racional.


Siendo esto así, cabe preguntarse si no sería preferible contar con un docente que fundase su labor sobre el corazón, y no con un docente que se limite al ejercicio de una técnica árida, alejada de los fines intrínsicos humanos.


El docente no debe conformarse con:

  • La aplicación de una técnica del proceso enseñanza-aprendizaje
  • Sentirse al día en la aplicación de una determinada metodología
  • Preparar las clases
  • En la manera o forma de impartir los conocimientos
  • Con las técnicas de evaluación continua empleadas, etc.

Como si hasta aquí llegase su misión esencial, olvidando, incluso, algo que debe subyacer y expresarse en toda circunstancia: su papel de orientador, aprovechando el rol que desempeña, para contribuir a encaminar a los educandos, procurando que se valoren a sí mismo y a los demás en cuanto seres humanos.


Es absolutamente necesario que el docente no se congele en el dominio de una técnica pedagógica o andràgogica – por perfecta que sea - sino que se sienta saturado de un porqué: del porqué institucional, del porqué de determinadas orientaciones, de determinados valores trascendentales.


En caso contrario no se podría catalogar como docente, sino como alguien “que está de paso en la docencia”

La interrelación de los principios en función del docente


El papel que el docente debe representar al poner en práctica los elementos integrados del principio educativo al relacionarlo con otros principios fundamentales puede definirse así:

  • Procura imprimir a su labor una proyección científica y técnica, pero sin menoscabo de la raigambre humana, social, ética y moral.
  • Adopta la oportunidad docente como un medio para incentivar en los alumnos el conocimiento de los valores de ciudadanía, solidaridad, comunidad.
  • Prepara al educando para que, conociendo la realidad, sepa enfrentar las necesidades de la misma y buscarle solución apropiada.
  • Educa para la producción, no sólo con el fin de que el alumno, ya profesional, sepa sustentarla sino, para que esté en capacidad de generar nuevas formas de producción y así coadyuve al bienestar comunitario
  • Procura vincular su quehacer educativo con la labor de extensión y servicio comunitario, para que la acción de la institución de educación respectiva, se vierta hacia la comunidad local, regional y nacional.
  • Procura formar en el alumno una mente y actitud en pro de la conservación del ambiente
  • Procura que el alumno realice sus actos de estudiantes y posteriormente profesionales bajo los principios éticos y morales que le permitan lograr su propia coherencia individual, social y espiritual

El docente y los valores éticos: de la inmanencia a la trascendencia

Un rasgo característico del docente debe ser la valoración ética de su quehacer: no le es permitido desvincular su labor docente, de los efectos positivos o negativos que la misma podrá surtir sobre los alumnos.


Tampoco le es permitido mostrarse indiferente respecto a la forma en que cumple con la labor docente, la cual debe mensurarse cuantitativa y cualitativamente en función de los efectos formativos y de capacitación que surta.

Debe tomar conciencia respecto a los vínculos éticos que lo unen con sus colegas, con los estudiantes, con los colaboradores, con los subalternos, con la institución, con el país, además del deber de vigilancia en cuanto a los alumnos, con el fin de que. Tampoco ellos, descuiden los deberes éticos.

Docencia en Educación Superior

El perfil que se tiene hoy día del docente establece que su tarea no sólo es dictar clase y examinar a los alumnos, sino propiciar el desarrollo de conocimientos creativos así como enseñarles estrategias de autorregulación y control de su proceso de aprendizaje. Es decir, que aprendan a aprender, a pensar y a autoevaluarse sobre la marcha. Lo importante es que el conocimiento no debe transmitirse directamente al alumno.


Para ello el docente debe estar preparado, ética y moralmente , para que indique e incentive al alumno a fin de que reconstruya, revise, interprete, cuestione y confronte el conocimiento con otros conocimientos y sea capaz de aplicarlo a nuevas situaciones.

Cualidades éticas del docente universitario

  • Coherencia entre su discurso y su práctica docente, orientándose a disminuir la brecha entre lo que dice y hace.
  • Humildad y respeto a las diferencias, reconociendo que nadie es superior a nadie
  • Atención activa, evitando imponerse en la relación con sus alumnos, buscando escucharlos, respetarlos y dialogar con ellos.
  • Espíritu crítico, cuestionando permanentemente su realidad, manifestando una curiosidad insatisfecha, y buscando alternativas y soluciones a los problemas que enfrenta, especialmente considerando el aporte que su profesión debe proporcionar al mejoramiento en la calidad de vida de los ciudadanos.
  • Tolerancia, aprendiendo a convivir con lo que sea diferente, aprendiendo a respetarlo.
  • Rechazo a la indiferencia, negando categóricamente las posiciones conformistas
  • Optimismo, creando vínculos directos entre el entusiasmo por la actividad educativa y la esperanza.
  • Afectividad, rechazando la falsa creencia de que la frialdad y la distancia permiten que un profesor ejerza mejor su función

Nuestra Esperanza

“Se necesita para nuestro país, en las vísperas de un nuevo milenio, formar integralmente a hombres y mujeres, llevar la educación en todos sus niveles a los rincones más apartados, a los más olvidados, a los que esperan solamente una oportunidad para despegar, sin que para ello necesiten dejar de ser. Se necesita educar hombres y mujeres sensibles, profundamente humanos y capaces de cumplir compromisos, lo cual implica educar desde otro sentido, desde la ética tan necesaria en una sociedad que se mueve contraria a los valores morales y hacia la deshumanización del hombre”

(Rigoberta Menchú: Discurso en la Universidad de San Carlos de Guatemala, octubre, 18, 1996)


Bibliografía:

Educación “La Agenda del Siglo XXI”. Hacia un desarrollo humano. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

Educadores Venezolanos, Meneven, filial de Petróleos de Venezuela S.A., Caracas, Diciembre 1981

Foro V Proyecto Político Pedagógico de Paulo Freire-Ética, Docencia y Ciudadanía: En la perspectiva de Paulo Freire: Una Experiencia Generada en Aula. María Gorety Rodríguez.

La docencia ¿trabajo, profesión o vocación? Horacio Alfredo Ghilini

Ética y formación docente, Alberto Yegres Mago, IUP “Monseñor Rafael Arias Blanco” Tercera Edición 2.000.

Opinión, El juicio moral y la ética del docente universitario, Sur Noticias, 03 de Abril, Anna Bermeo Turchi

Pensamiento filosófico para un quehacer, hermano Ginés, Fundación la Salle de Ciencias Naturales, Caracas, Venezuela

Revista Digital de Investigación en Docencia Universitaria /Año 3-Nº 2-Dic.2007, El docente como formador ético, Miryam Narváez Rivero.

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