domingo, 22 de marzo de 2009

Detrás de los Títeres: Una Historia de Aprendizaje


Les hemos presentado unas fotos de nuestro inicio de activación con niños y niñas a través de juegos, con la finalidad de romper el hielo y la apatía de los padres e involucrarnos en cuestiones culturales de mayor trascendencia.


La primera actividad que se nos ocurrió fue un taller de títeres: invitamos a Títeres Kinimarí, para facilitarnos el Taller, como no obtuvimos seguridad, preparamos el plan B.



Pues sin mayores destresas haríamos muñecos con periódico y engrudo de almidón, utilizando bolsas plásticas como soporte de las capas sucesivas de periódico. La radio comunitaria nos facilitó el sonido y la invitación. Vicente, nuestro facilitador prestó canciones infantiles. Esperábamos entre 15 y 20 niños y niñas, nuestra gran sorpresa fue que acudieron más de treinta.



Un refrigerio simple, canciones, manos empegostadas de engrudo, todo una gran alegría. Detrás de los bastidores, alguna madre o padre curioso de lo que hacían sus hijos e hijas.


La invitación fue para el domingo siguiente, allí estuvo Kinimarí y activadores y activadoras de otros Equipos de Sistematización. Gracias a Dios, no había planificación predeterminada de logística, sólo acudimos niños, niñas, activadores, activadoras, los facilitadores y facilitadoras del Títeres Kinimarí y un hormiguero de ñinos y niñas que sumaron más de 60. Nadie quedó por fuera, a media jornada buscamos refuerzos, porque según nos explicó María de Los Ángeles, se había agotado en un día lo que solía utilizarse para 4. Todos y todas éromos niños y niñas jugando, haciendo nuestros propios gusanitos. La participación de Brisas del Tórbes y la Adorable July del Grupo Okiris, nos comprometió enormemente como grupo, como equipo, habíamos asumido déudas morales.
En ese segundo y tercer Taller con Kinimarí ya los padres no eran estrellas fugaces, mirando de reojo, eran curiosos participativos algunos y otros simplemente expectadores de la labor lúdica de sus hijos e hijas. Tres domingos fueron suficientes para emprender grandes acciones: El Censo de Reconocimiento de Talentos, en las cuatro comunidades donde estábamos activando, El Sancocho Cultural del Barrio Las Margaritas, y las Cuatro Asambleas Generales de las Comunidades: Paraiso, San Cristóbal, Los Colorados y Las Margaritas, convocadas con la agenda de presentar El Proyecto Comunitario que surgió del diagnóstico participativo, y de los resultados del censo de reconocimiento de talentos. Asumimos otros retos, nos sentíamos capaces de ofrecer esos talleres, esta desbordante actividad estaba conjugada además con la parte académica y con la parte política.
El optimismo y la confianza nos permitían asistir, a marchas de apoyo al proceso revolucionario, la toma cultural del Parque Metropolitano, Asistencia a Foros, y la integración al Comando Parroquial, y por supuesto acciones directas con las comunidades.
Cada una de estas acciones representa una historia diferente que será contada en su momento, para ese entonces ya soñabamos con hacer guiones para títeres y con hacer nuestro libro de títeres. Como ven, Una Historia de Aprendizaje, detrás de los Títeres.










































































































































































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